¿Por qué el nombre Cernedor?
El nombre Cernedor se relaciona con la actividad consistente en cerner la harina; analógicamente, el ejercicio intelectual aquí reflejado supone discernir continuamente la realidad, hacer aproximaciones multidimensionales, y tratar de descubrir qué es verdad y qué no; en fin: las ideas se ciernen. Los escritos se han impreso y compendiado desde diciembre de 1993.
¿Qué encontrará el lector aquí?
Apuntes sobre la vida como objeto de estudio filosófico, literatura, filosofía moral y política.
¿Qué es esto que he titulado con la palabra Cernedor?
Conjunto de letras y palabras que se escriben y graban en un medio electrónico y que son resultado de vivencias.
Amigos lectores: rondamos la Verdad, que, en persona, es Cristo.
La vida, principal objeto filosófico, que da lugar a la filosofía, supone un continuo acercamiento a la Verdad y un alejamiento de ella en un proceso incesante de ensayo y error (trial and error).
Vivir cada segundo y cada minuto en función de un porvenir.
Este segundo ya pasó. Y todo enmarcado en el movimiento, en el fluir constante. Nada en las coordenadas existenciales puede estar quieto. Las voluntades divagan y, ocasionalmente, coinciden. Hay voluntades en ejercicio y, como dice Ortega y Gasset, la divinidad se encuentra en el horizonte.
A Dios tendemos.
El movimiento es la continua incomodidad o tensión porque eso es el mundo: tensión, incomodidad, ausencia de descanso, búsqueda incesante; el saber que no somos temporales.
Esa divinidad dispuso que tuviéramos sentidos y órganos. ¡Ah! Y qué mal uso hacemos de los oídos, de la lengua, de la mente, de los ojos. Nos los regala Dios y abusamos o mal uso hacemos si es que no es lo mismo. Nuestro pensamiento divaga sin método. Somos todo lo contrario a lo inmutable. Nuestra pequeña y falible voluntad siempre desviándose del recto camino. Formulación constante de silogismos débiles, con premisas falsas y, por supuesto, conclusiones no solo mentirosas, sino también perjudiciales (ver Poética de Aristóteles). Asombro permanente con lo terreno y carnal, con las luces, con el respeto humano, con el mundo. Pocas idas al desierto. Pocos retiros. Pocos silencios.
Ah.
La vida.
El continuo estar aquí, el futuro sido. El cronómetro que indica el tiempo restante. El continuo cruce de conversaciones, de miradas y de palabras. La búsqueda continua, pero para saciar las necesidades. El levantarse y el acostarse. El pensar desordenadamente. El sentir (desordenado).
Lo que se titula Cernedor no es sino el discurrir continuo sobre esas líneas y aristas de lo que, en español, se llama vida ("Erlebnis"), y que tantas veces experimentamos inconscientemente como autómatas que no nos damos cuenta del camino y de lo que hay alrededor. Es que nos concentramos solo en buscar el pan y en comerlo. Nos centramos en el yo, mas de manera equivocada porque a pesar de que siempre viviremos en el yo y por el yo, la manera correcta, y que proporciona felicidad, es centrarse en el yo siempre y cuando esté descentrado y desconcentrado hacia al otro.
Pero esto, como lo sugiere Malebranche, en virtud del pecado original es difícil y entonces el proceso de oscilación constante e inclinación hacia el mal hacen que el propósito sea como agua que se desparrama entre las manos.
Textos publicados e inéditos
Aparte de libros, capítulos de libros y artículos sobre filosofía del derecho internacional se encuentran los siguientes textos inéditos:
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Manual de viaje para ciudadanos del mundo (1993-1998): notas sobre ética.
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Cima (1998): notas sobre ética.
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Cernedor (1996-2024): apuntes y notas sobre filosofía y literatura.
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Tierra de árboles (2009): cuento para niños.