Aparente imposibilidad

Los propios defectos, las propias debilidades, la propia nada, el propio vacío y las propias limitaciones que de verdad podrían hacer o reír o llorar a los otros si las vieran y notaran, chocan con tres elementos: el primero es esa pretensión de querer aparecer de cierta manera respecto de los otros (esto es básicamente el miedo al qué dirán o la presión del grupo o la necesidad de ser aceptado o no rechazado); el segundo es la percepción equivocada que otros inevitablemente tienen de uno. Es que a uno nadie lo conoce real y totalmente. Pero también chocan con un tercer elemento que es uno mismo y que a veces se materializa en ese deseo de autenticidad y de verdad. A pesar de que queremos ser verdaderos, sinceros y auténticos, es probable que, como reescribe NGD, ser sinceros, auténticos y verdaderos con nosotros mismos y respecto de nosotros mismos sea simplemente algo imposible. Parece que no podemos ser totalmente nosotros, ni siquiera sin estar con otros. Quitarse la máscara parece algo no lograble.