Siempre hemos estado vivos.
Y todos, en efecto, somos capaces de morirnos. También fuimos capaces de nacer.
Nada mejor para la salud mental que imitar a Jesús en todo, particularmente en descentrarse, y en no estar con uno mismo para uno mismo.
Cuando más cerca del error y de la vanidad estamos es cuando creemos que tenemos la razón, que los demás no, que somos inteligentes, y que lo que hacemos, lo hacemos bien.
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