1. ¿Que uno es amable y cordial porque teme el rechazo y anhela la aceptación?
Y sí uno no desea el rechazo, y sí la aceptación, ¿qué hay con eso?
Aunque creo que la razón sustancial en virtud de la cual uno es amable y dulce debiera no ser otra que aquella según la cual les debemos respeto y consideración a los demás, y que es mejor ser amable que amargo, rudo y grosero. Y también, que lo que uno busque a cambio, consciente o inconscientemente, no sea algo distinto al respeto y la consideración recíprocos.
P.D. Por supuesto me refiero a la amabilidad que no es postiza; por ejemplo, es postiza aquella que se finge para lograr una propina.
2. Como lo reescribió Jaspers: que uno no puede ser nada distinto a lo que uno es. Uno es una verdad incambiable. La experiencia no puede objetivarse.
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