1. La vida se presenta de una forma y después uno cuenta o narra la realidad correspondiente para que parezca que siempre se planeó así cuando en efecto ese no (fue) es el caso. Pocos eventos se planearon. Las cosas pasaron.
2. Pero si tal y como se presenta la vida es aparentemente diferente a lo que se quería o se pensaba a los 18 años, quizás vale la pena preguntarse lo siguiente: a) ¿estoy interpretando bien los eventos que han ocurrido y los he traducido correctamente a través de mis propias descripciones?; b) ¿lo que quería o pensaba a los 18 era lo que en verdad me convenía?; c) lo que me ha ocurrido, en cambio, ¿no ha sido una bendición que no he captado bien porque no interpreto ni he interpretado bien la realidad?; d) ¿qué puedo hacer para percibir mejor la realidad?
3. No es que uno encuentre algo que lo valide a uno. Es al revés. Más bien uno encuentra posturas que uno valida (posteriormente). Así, no es que uno pregunte algo que pueda responderse mediante visiones de otros. Más bien uno encuentra visiones de otros, uno luego hace una pregunta, y la responde con esas visiones de otros. Hay un proceso mutuo de validación. Esto quizás describe de manera más precisa el proceso de producción científica.
4. Lo que he concluido recientemente apunta (todo) a la unicidad del ser humano y a la debilidad intrínseca de la distinción trillada "objeto-sujeto". También apunta a Jesús como la Verdad.
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