Parte del engaño consiste en lo siguiente: la persona expresa una posición que sabe que es irracional y contra la evidencia; eso (cree esa persona) la beneficia en el corto y mediano plazo. Aun así, también sabe que, incluso, si la persona y la posición contraria (es decir, la racional y razonable) prevalecen sobre ella, la persona que exhibe la posición irracional y falsa, en cualquier caso, terminará ganando.
El juego del engaño supone que una persona de mala fe expresa algo sabiendo que (1) eso es falso, y que, después, (2) retóricamente, podrá racionalizar (explicar en forma enredada) la argumentación falsa esgrimida anteriormente. La persona hipócrita dice algo que no siente y en lo que no cree realmente, pero esto no le importa. Calcula que, en todo caso, ganará, porque, además, ya tiene dinero y poder, y, por ende, a fin de cuentas, no le importan ni su posición mentirosa ni aquellos a quienes ella afecta y les causa daño.
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