Habría sido un golpe de suerte positivo en la vida el haber tenido mentores profesionales en el mundo del trabajo real con conocimiento y dominio de de los clásicos grecolatinos, o sea, cultos, y a la vez, virtuosos.
Infortunadamente ese no fue el caso.
Tuve eso sí a mi papá que suplió en gran parte lo referido anteriormente y que sí reunía esas condiciones.
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