Hablar con propiedad de lo que es la vida y de lo que son y representan las relaciones humanas y su tejido es, quizás, tarea imposible. Identificar la verdad de lo que está ocurriendo en un momento cualquiera de la vida tampoco es fácil.
Realmente estamos perdidos y lo estaremos siempre mientras vivamos en esta dimensión; nos la pasamos improvisando y probando, y parece no existir otra opción que procurar buscar y captar la poca luz que haya disponible.
No sabemos casi nada que importe realmente saber, nos equivocamos frecuentemente y nunca terminamos de aprender. Además, en cierto nivel, resulta seguro simplemente no esperar (nada) de quienes nos rodean.
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