Claro:
Una dimensión atrevida de la inmadurez y, a la vez, prueba de ella, es no querer o no poder reconocerla. Creer, además, que uno es capaz de todo y que todo es claro y evidente. Ah, qué vergüenza me causan esas arrogancias de la juventud, cuya sombra todavía se extiende.
Comentários