o Tener menos: factor de alegría no despreciable. ¡El aspecto positivo de la escasez!
o A pesar de una inteligencia promedio, resulta inquietante cómo, en un momento, la estupidez propia comanda y ello resulta en la adopción de una decisión incorrecta y tonta.
o La debilidad mental, es decir, creer todo lo que se dice y formarse representaciones mentales falsas e incorrectas.
o Una muestra de inmadurez: hacer equivalentes lo mejor (o la virtud) y aquel país. Qué desatino.
o El ser que pregona la libertad, pero en su vida diaria más encarcelado no puede estar.
o Claro. La virtud para afrontar los pecados pasados: humildad, es decir, verdad.
o Lo que es eminentemente humano-biológico que terminó siendo deformado por una visión inmadura y tonta que prevalecía en el colegio. Y a eso se le unen impresiones culturales zonzas que percibimos como adultos. De los perros debiéramos aprender a no ponerle atención a idioteces y a vivir como la Naturaleza manda.
o Ver la vida fenomenológicamente. Sanidad mental.
o Claro: ver el otro lado de las cosas, como escribe Nicolás Gómez Dávila cuando menciona la madurez. Que quizás el otro ve y hace mejor que nosotros.
o Ver fenomenológicamente la vida, es decir, verla como es. Creemos que una cosa es verdad, cuando ese no es el caso. Nos creemos no pecadores, pero lo somos. Creemos que una cosa es de determinada manera, pero ese no es el caso. Ver fenomenológicamente la vida supone verla bien, como es, y, por ende, estar más cerca de Dios. Ver fenomenológicamente la vida supone y exige suspender el juicio frecuente y constantemente.
o El reto diario: investigar sobre cómo puede uno pensar y vivir de mejor manera, en forma avanzada y moderna, es decir, no pensar ni hacer cosas inútiles y tontas.
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