Haberlo sabido antes.
“Hijo, has venido al mundo para padecer; padece, sufre y calla”.
Dice mi querido Montaigne entonces: “hemos de aprender a soportar aquello que no podemos evitar” (pp. 1033-1034).
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En las novelas y en las telenovelas, a veces, el lector y el televidente pueden ver claramente cómo algunos de los personajes están equivocados y otros no. Estos últimos asumen la posición correcta y caritativa. Ven la verdad de la situación.
En la vida real, infortunadamente, esto no ocurre. Nos insertamos en la telaraña existencial y somos los personajes que poco nos damos cuenta de lo que realmente sucede. Muchas veces estaremos equivocados, algunas veces estaremos en lo correcto.
Pero no somos conscientes de ello o lo ignoramos. Como no somos lectores de la novela de la que somos parte o televidentes de nuestra propia telenovela vital, es decir, no estamos en frente, sino adentro, ver las cosas bien en la vida resulta imposible.
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