El lugar común en la historia universal es la confrontación entre seres humanos.
Recuerdo que Ortega y Gasset al referir el pensamiento de Hegel acota que “en la naturaleza propiamente dicha no pasa nada, por la sencilla razón de que siempre pasa lo mismo” y que “por eso, dice Hegel, la naturaleza es aburrida” y que “solo hay evolución cuando el Espíritu comienza” (p. 672).
¿Qué ocurre si uno cambia la palabra naturaleza y la reemplaza con la expresión vida humana?
A ver:
Siempre ha habido guerras. Lo único que cambia o varía es el espíritu.
Basta ojear cualquier texto básico de historia universal para inferir las notas comunes de los enfrentamientos entre personas de carne y hueso: diferentes religiones, ánimo de poder, adquisición de territorios ajenos y expansionismo, vanidad y soberbia. Si lo que se causa no es una guerra, entonces lo que ocurre es que hay luchas intestinas que debilitan la vida de los pueblos.
¿No es esto lo que está presenciando el mundo hoy?
¿En Rusia, en Estados Unidos y en nuestro país?
Sí.
Hegel, leído como lo hace Ortega y Gasset, tenía razón.
Si se cambia la palabra naturaleza y se reemplaza con la expresión vida humana, uno puede decir que en la vida humana siempre pasa lo mismo.
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Ortega y Gasset, J. (2004). Obras Completas. Taurus.
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